Bodeguitas, Bodegas y Tiendas de Conveniencia: Ley N,30877 y D.S. 2020.

Por: Eco. Carlos Armando Farje Carrillo.

La niñez está atada a los primeros recuerdos cognitivos a través de los sentidos dominantes. Las experiencias con golosinas y bebidas han tenido con las personas un acercamiento inicial en las recordadas bodeguitas de diversos segmentos sociológicos, junto a las actitudes psicológicas y culturales aprendidas en los múltiples barrios latinoamericanos.

Obtener una propina de las personas mayores se transformaba en alegría pueril. Esto formaba expectativas consumistas. Ello se concretaba, con ir rápidamente a satisfacer una necesidad de comprar helados, galletas, caramelos, gaseosas y variedades.

Las primeras bodeguitas en América fueron en el siglo XVI. La presencia dominante de los españoles conquistadores, tanto en el Virreinato de México y después en Perú. La importación del modelo económico mercantilista europeo se replicó en los nuevos territorios de ultramar. El aumento de la densidad demótica, es decir la concentración de personas atiborradas por kilómetro cuadrado, fueron hechos recurrentes en la capital del país de los aztecas y en Lima la capital española costeña iberoamericana. Puesto que los realistas temían a las alturas y las desconocidas selvas y la propia resistencia de los indígenas, optaron por encerrarse en una ciudad amuralla de barro, paja y maderas para defenderse de enemigos externos, tales como: piratas, corsarios y rebeldes nacionales.

Las personas con espíritu mercantil emprendieron las denominadas pulperías (bodegas en la colonia española de Perú). Estuvieron representadas por chapetones ibéricos y bachiches (italianos). Luego se estructuraron las paraditas y los trovadores que gritaban por las calles terrosas y de acequias pestilentes la venta de productos agrícolas, ganaderos, marinos, fluviales; y otros transformados. A estos pioneros del comercio ambulatorio limeño se les denomino como buhoneros.

Se estima que los bodegueritos adoptan estas formas de comercio en sus domicilios para captar ingresos. Se proveen de bienes para comercializarlos de donde buscan un retorno del plus de retornar su inversión y el margen de ganancia respectiva, conocido como el play back. Este mismo principio económico contable es idéntico en magnitudes de montos distintos en una bodega que tiene un capital de trabajo de diez mil soles y otro con doscientos mil soles. La utilidad y la rentabilidad que no es lo mismo se medirá en la forma de ratios financieros; y por la habilidad de cada gestor para atraer a la demanda operativa y/o selectiva de forma yuxtapuesta a veces.

La crisis del COVID-19 y la pérdida de puestos de trabajo de miles de personas, la salida de formar bodeguitas se convirtió en una alternativa para obtener ingresos. Es decir la Constitución del Perú de 1993. Vela por el libre comercio y la defensa de los consumidores en el artículo 65. Es así, que en momentos de inestabilidad en los ingresos económicos de la población, pueda acceder a emprender una bodega de distinto de tamaño. Desde una bodeguita de ventana, una bodega regular y otra tienda de conveniencia como Tambo, Mass y similares. Ante esto, la promulgación de la ley 30877 y D.S. 2020. Ha levantado protestas, desde el economista Guido Pennano de Radio Exitosa y de otros profesionales de la Administración de Empresas y de las Ciencias Contables.

En momentos que debe establecerse facilidades para poner en marcha en operaciones comerciales para las bodegas. La presente ley mencionada crea peor confusión y desalienta la formalidad. No se ha respetado criterios de procedimientos ediles para la licencia de funcionamiento, y lo provisional después puede convertirse después de un año en una amenaza de parte de los genios de los ministerios para después exigirse gastos enormes para conseguir la licencia ya no provisional.

Se puede mejorar esta ley con apoyo de parlamentarios responsables y bien asesorados para ayudar a más de 120 mil bodegueros y los nuevos emprendedores que van a dinamizar a la economía de manera paulatina. No hay que perder de vista que los enemigos del Perú, no solo están en un virus maligno y desconocido; sino también entre los corruptos y mediocratas en el seno del aparato del Estado. En concreto hay que denunciar estas anomalías y exigir como votantes para que nuestros representantes atiendan a nuestras demandas de simplificación administrativa con soporte de la infraestructura digital como en el país europeo de Letonia.

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