Por: David H. Yturrioz Gaspar
En la región latinoamericana los países con economía más poderosa y sociológicamente con mayor número de población son sin duda. Brasil y México. Contrariamente al cierre del presente año 2019 no presentan su balance público con óptimos resultados favorables. La turbulencia de la guerra económica de USA y China Popular como factor exógeno; además de los problemas internos de corrupción, violencia común, pobreza estructural, institucional, educacional y de infraestructura son los detonantes endógenos que han paralizado a varios países vecinos.
La explosión sociológica y económica y hasta antropológica cultural de la diáspora venezolana ha tenido repercusiones variadas. Cerca de cinco millones de llaneros migraron y se alejaron del infierno político de Maduro. A eso se aúna las fallas del modelo del neo liberalismo salvaje que no ha logrado salir de la trampa del crecimiento del ingreso medio. Se sigue con la vieja receta de las exportaciones de materias primas sin valor agregado. Salvo excepciones de exportadores con mayor visión y acometividad (agresividad) ciertos empresarios sudamericanos y mexicanos que han podido tener tasas de retorno interno de sus inversiones de forma regular con rasgos de fases iniciales de sostenibilidad. Pero hay un país amigo que los engañaron pensando que estaban cerca de alcanzar el estatus de país del primer mundo, y, se sentía el vecino rico y soberbio del barrio. Empero la ilusión se derrumbó y explotaron los jóvenes y ciudadanos como una erupción volcánica sociológica insospechable de proporciones parecida al padre de todos los volcanes conocidos el terrible Karkatoa del Océano Índico del siglo diecinueve. Y todos nos dimos cuenta junto con los protagonistas de la pequeña clase media sureña chilena que se sentían engañados, como decía la letra de una antigua salsa: Te Pintaron Pajaritos en el Aire. Estaban más endeudados que Sísifo, el personaje de la mitología griega. Condenado eternamente a cargar por una subida una gran roca que al llegar a la cima se rodaba otra vez, para cargarlo una y otra vez más. La distribución de las ganancias ha sido lamentable para el pueblo Mapocho, solo basta observar el índice Gini de Chile que desnuda la disimulada realidad. Las miserables pensiones de AFPs convenidas, la prisión subjetiva estresante de deudas de tarjetas de crédito y el alto precio de pésimos servicios públicos rebasaron la última gota de agua.
Asimismo, al costado de la Cordillera de los Andes, es decir en los países ribereños del Mar del Plata la cosa esta difícil y triste. Los argentinos están amarrados y emboscados con su deuda externa interminable por la reproducción del interés compuesto para beneficio de los acreedores internacionales de siempre. Uruguay también se encuentra estancado y necesita urgente un nuevo impulso para mejorar la economía y estabilizar la sociedad del bienestar.
Bolivia ha sido una lágrima en los últimos meses del año. La era de Evo Morales llego a su fin de manera abrupta, a pesar de manifestaciones sangrientas de cocaleros de la militancia política que apoyaba al ex presidente. El error de querer perennizarse en el poder con triquiñuelas al estilo tramposo dl desaparecido Hugo Chávez y el nicaragüense Ortega no le resulto. El camino del asilo a México fue su última jugada.
Colombia la tierra del café y de hermosas mujeres, tuvo un año desalentador. El retorno de la FARC con grupos fraccionados violentistas y con otros pedidos ajenos a los acuerdos previos ha enturbiado su crecimiento. Mas las protestas del pueblo por un modelo económico que no atiende adecuadamente las demandas insatisfechas del colombiano promedio, esto va tener consecuencias nada halagadoras en los guarismos económicos del producto bruto interno, inflación, tipo de cambio, balanza comercial y otros como el índice de desarrollo humano.
Ecuador con la economía dolarizada y el aumento de los intereses de la moneda estadounidense va causar estragos en la economía y por ende en los estándares de la canasta familiar, esto traerá futuros disturbios en la república de las islas de Galápagos. Perú, Chile y Colombia tienen una estabilidad económica mediana. Perú tiene retos en el campo da infraestructura, calidad de educación, los servicios de salud, el combate contra la violencia callejera, el narcotrafico, así como la protección a la clase media, con empleo de crecimiento y transformación de materias primas para asegurar los índices de exportación y disminuir las importaciones de tecnología. Así, recién en dos lustros se podría alcanzar a Chile en sus estándares de desarrollo. Con la ventaja insólita peruana futura de tener una economía mixta yuxtapuesta formal e informal a la misma vez.
Por último, los cambios de las economías latinoamericanas son realmente necesarios; y esto llevara a mayor exigencia de gestión de los economistas, sociólogos planificadores, politólogos y afines a cargo de los ministerios de economía y otros. Se tendrá que afinar y operar eficaces políticas públicas ante la creciente recesión; sino estaremos un año más detrás de lo logrado por el continente africano, comparación odiosa, pero cierta. Solo la búsqueda de caminos diversificados con creatividad ayudara a salir del estancamiento del crecimiento medio. Se necesita obligatoriamente toma de decisiones con inteligencia múltiple, presupuestos flexibles, inversiones nacionales y extranjeras además de capacitación de todos los recursos disponibles en estos tiempos de la imperativa era digital holística para bajar costos, mejorar el control interno de gestión sin contaminación, crecer mejor a ritmo de galope a nivel regional en la próxima década del 2020 al 2029. Los países que adopten y pongan en marcha la ecuación mencionada atraerán a mas inversionistas sean propios o ajenos. Puesto nadie se embarca a invertir en una nación sin reglas claras y con riesgos multifactoriales al acecho.